Cuentan tradiciones locales del centro de Argentina que, cuando los espinillos comienzan a florecer, se terminan los tiempos de heladas. Con el despertar de las doradas flores del aromo (nombre con que también se lo conoce), el invierno muestra su final y la primavera despunta paulatinamente, para asomar por completo el día del equinoccio. Este año, aún no termina julio, pero los espinillos ya muestran sus flores al cielo.

Quizás el espinillo sea una representación natural del heroísmo; una especie de guerrero del mundo vegetal, que ante su florecimiento se apacigua el inverno. Quizás en nuestros corazones humanos, el invierno también termina cuando el heroísmo despierta. Cuando podemos ofrecer flores doradas al Sol, para devolverle la luz que nos presta, nace en nosotros una nueva primavera.
¿Existe entonces, en el fondo y despojados de las apariencias, alguna diferencia entre el aromo y el héroe? Tal vez Atahualpa Yupanqui pueda ayudarnos a encontrar una respuesta en el silencio interior que caracteriza la época invernal:
El aromo
Hay un aromo nacido
En la grieta de una piedra
Parece que la rompió
Pa’ salir de adentro de ella
Está en un alto pela’o
No tiene ni un yuyo cerca
Viéndolo solo y florido
Tuito el monte lo envidea
Lo miran a la distancia
Árboles y enredaderas
Diciéndose con rencor
Pa uno solo, cuánta tierra
En oro le ofrece al sol
Pagar la luz que le presta
Y como tiene de más
Puña’os por el suelo siembra
Salud, plata y alegría
Tuito al aromo, la suebra
Asegún ven los demás
Dende el lugar que lo observan
Pero hay que d’ir y fijarse
Como lo estruja la piedra
Fijarse que es un martirio
La vida que le envidean
En ese rajón, el árbol
Nació por su mala estrella
Y en vez de morirse triste
Se hace flores de sus penas
Como no tiene reparo
Todos los vientos le pegan
Las heladas lo castigan
L’agua pasa y no se queda
Ansina vive el aromo
Sin que ninguno lo sepa
Con su poquito de orgullo
Porque es justo que lo tenga
Pero con l’alma tan linda
Que no le brota una queja
Que en vez de morirse triste
Se hace flores de sus penas
¡Eso habrían de envidiarle
Los otros, si lo supieran!
Equipo editorial de RevistAcrópolis
Bello Gracias x compartir
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Muy hermoso! Gracias
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