En el invierno, la siembra.
Lejos queda Primavera,
con lo suave de las flores
y la promesa del fruto.
Ahora todo es muy distinto
y nos obliga a soñar.
Apenas una semilla,
resguardada en el hogar,
ya contiene la potencia
de la espiga, al despertar.
En invierno, con la siembra,
se precisa propiciar
la enseñanza necesaria
a quienes vienen detrás.
Para ellos la cosecha
y para ellos el pan.
«Cuando mañana regreses,
¡en su mesa comerás!
Quienes fueron tus amores
¡a tu lado crecerán!».
Teresa Cubas Lara
teresacubaslara@gmail.com