Zoroastro y los principios del zoroastrismo

Zoroastro fue un antiguo profeta (o líder espiritual) fundador del zoroastrismo. Se presentó como un reformador de la religión practicada por tribus de lengua iraní que se instalaron en Turquestán Occidental entre el segundo y primer milenio antes de nuestra era. Algunos historiadores y académicos sitúan a Zoroastro en el siglo VII y VI a.C., casi contemporáneo a Ciro el grande y Darío I). Plinio le atribuye una antigüedad de 1000 años anterior a Moisés; Plutarco remonta su existencia a 5000 años antes de la guerra de Troya, mientras Hermipo -que tradujo sus libros al griego- sitúa la vida de Zoroastro 4000 años antes de la famosa batalla entre aqueos y troyanos; Eudoxio, por su parte, menciona que habría vivido 6000 años antes de la muerte de Platón.

        El libro sagrado de este movimiento conocido como zoroastrismo es el Zend Avesta, que en lengua zenda significa “ palabra de vida”. En su cosmovisión se destaca Ahura Mazda, quien es el comienzo y el fin, el creador de todo, el que no puede ser visto, el eterno, el puro y la única verdad. Zoroastro además, llama Ormuz al principio del bien (orden) y Ahriman al principio del mal (caos). Se menciona también que Mitra ocupaba un lugar entre los dos principios y por eso los persas le dan a Mitra el nombre de “mesites” o sea, el mediador. En honor a Ormuz , Zoroastro prescribía sacrificios, ruegos y acciones de gracia, mientras que, para Ahriman se dedicaban lúgubres ceremonias destinadas a desviar los males.

Ahura Mazda, ENLIGHTENMENT, Details, DARK Side | Patrice Ayme's Thoughts
Representación de Ahura Mazda

        Los persas cuentan muchos mitos sobre sus dioses. En ellos se describe que Ormuz, hijo de la luz más pura y Ahriman, el nacido de la oscuridad, están en guerra uno contra el otro. Ormuz creó seis dioses: el primero es el dios de la benevolencia, el segundo el de la verdad, el tercero de la equidad; de los tres restantes, uno preside la sabiduría, otro la riqueza y el tercero posee el privilegio de crear las agradables sensaciones que acompañan a las bellas actividades. Ahriman, por su parte creó la misma cantidad de dioses, destinados a una misma especie de antagonismo de los engendrados por Ormuz. Entonces este último, adoptando un triple crecimiento, fue a colocarse a una distancia del Sol igual a la que separa al astro de la Tierra. En aquel sitio empleó el tiempo adornando el firmamento con estrellas, dando a una de ellas, Sirio, la preeminencia sobre todas las demás, confiándole el cargo de guardián y vigilante de todas las demás. Luego creo veinticuatro dioses más y los metió en un huevo; pero Ahriman, al enterarse, produjo un número igual de dioses; estos agujerearon el huevo y a partir de ese momento el mal quedó mezclado con el bien.

Mithra - Wikipedia
Representación de Mithra en el templo iraní de Ardashir I

        Mitra o Mithra, el tercer miembro de la tríada del zoroastrismo, responsable de mantener el equilibrio y la armonía entre los antagónicos principios, es una divinidad indoirania cuyo origen puede remontarse hasta el II milenio antes de nuestra era. Su nombre es mencionado por primera vez en los tratados de los hititas y los mitani escrito hacia 1400 a. C. Su culto debió llegar a occidente gracias a la difusión del zoroastrismo.

        Zoroastro nació de una virgen, fue bautizado en un río, en su juventud asombró a otros sabios con su extraordinaria sabiduría, fue tentado por el espíritu del mal en el desierto, desalojó a los demonios y devolvió la vista a un ciego. Luego de establecer las enseñanzas, Ormuz murmuró, como el soplo de la brisa entre las ramas de los cedros, que ascienda a lo alto de la montaña, que ya no miraría el porvenir con ojos de hombre si no con ojos de un dios.

        El fuego es un símbolo de luz que representa los principios esenciales en la práctica religiosa zoroástrica: la luz que disipa las tinieblas de la ignorancia, símbolo de espiritualidad y pureza. Desde estos tiempos es introdujo, de manera simbólica, la idea de cielo e infierno, el día del juicio final, los ángeles y los demonios. En la tradición del zoroastrismo también se destaca el libro de Arda Viraf, un texto religioso en el cual se describe el viaje onírico de un fiel zoroástrico por el mundo de los muertos. La predestinación es rechazada, pues los humanos son responsables de su situación y deben actuar para cambiarla. Esta religión pone énfasis en la elección moral, la vida como batalla para acercarse al bien o alejarse de este. La moral del zoroastrismo se resume en: buenos pensamientos, buenas palabras, buenos actos.

        En la actualidad quedan algunos templos del zoroastrismo como el Templo del Fuego de Ateshgah cerca de Bakú, capital de Azerbaiyán; las tumbas de Naqsh-e Rostam ​en la provincia de Fars en Irán​ y las Torres del Silencio situadas en la ciudad de Yazd en Irán.

Quiénes se esconden tras los personajes de la escuela de Atenas?
Zoroastro en La Escuela de Atenas

        La imagen o influencia del zoroastrismo se ve reflejada hasta nuestros días alrededor del mundo en el arte, la música y distintas manifestaciones culturales. Por ejemplo, en «La Escuela de Atenas», pintada por Rafael en el siglo XIV, el profeta iraní aparece sosteniendo un globo brillante. El filósofo francés Voltaire escribió Zadig (o el destino), donde cuenta la historia del
homónimo héroe del zoroastrismo, quien, después de una serie de pruebas y tribulaciones, finalmente se casa con una princesa babilonia. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche en su obra magna Así habló Zaratustra, utiliza el nombre del profeta como alterego, aunque muchas de las ideas propuestas por Nietzsche son anti-zoroastristas.

        En la actualidad, este personaje también sirvió de inspiración para la leyenda de Azor Ahai, un semidiós que triunfa sobre la oscuridad en la serie de novelas convertidas en serie de televisión Game of Thrones, de George R. R. Martin. Además, el cantante británico Freddie Mercury estaba muy orgulloso de su herencia persa zoroastrista. Sin embargo, en lo que se refiere a la música, tal vez ningún ejemplo refleje mejor la influencia del legado del zoroastrismo que el «Así hablaba Zaratustra«, de Richard Strauss, tema musical de la película Odisea del Espacio de Stanley Kubrick (2001).

Saúl Sam Sam

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