La Ética y la Educación

La problemática actual:

«El hombre superior piensa siempre en la virtud; el hombre vulgar piensa en la comodidad.»
Confucio

En nuestro mundo globalizado de grandes ciudades, de vastas comunicaciones y de gran desarrollo tecnológico, nuestras sociedades se ven cada vez más por la carencia de virtudes o valores tradicionales como la cortesía, la generosidad, el autocontrol, la bondad, la sinceridad, la prudencia, etc.

El ser humano a menudo se siente inseguro en un mundo cada vez más materialista e individualista que le hace sentir desconfianza de las conductas de sus semejantes.

Hemos llegado a un desarrollo y evolución enorme a nivel tecnológico, pero a nivel moral o ético nuestras sociedades no se han desarrollado a la par; es más, hemos perdido muchos valores y virtudes que eran comunes pero que hoy escasean o en muchos casos, han casi desaparecido.

En el complejo debate de la educación moderna, nuevamente se está haciendo mayor hincapié en la importancia y el rol de los valores tradicionales.

Es muy interesante ver cómo en países como China, una de las economías con mayor desarrollo y crecimiento actual, han empezado a surgir escuelas especiales, una de ellas denominada “Escuela moderna Confuciana”[1] (su fundador es Li Guang-bing).  La idea de esta escuela es rescatar las enseñanzas y valores del sabio filósofo Confucio y adaptarlas a nuestro momento actual.

Es interesante conocer el comentario de algunas de las madres que envían a sus hijos a este tipo de nuevas escuelas:

“La cultura tradicional tiene muchas ventajas, cosas que no pueden aprenderse con la educación moderna. Pone énfasis en virtudes como la bondad y la autodisciplina. Eso es muy bueno para mi hijo y muy bueno también para la sociedad china «, asegura Yu Fang, madre de una estudiante de tres años.[2]

Otra madre agrega: «Éste es un mundo materialista, la gente aspira a un mejor nivel de vida y se centra en los bienes materiales, no en lo espiritual». [3]

Es claro que la carencia en la educación moderna que estos testimonios denuncian, no solo son válidos para la sociedad china si no que podemos extenderlo en general a cualquier sociedad de nuestro mundo moderno.

Quizás nuestro mayor error en la modernidad es haber olvidado que la base de una sociedad digna y humana no está en el confort y en la economía, sino fundamentalmente en la vivencia de los valores  que hacen al ser humano un hombre más feliz porque lo aleja de los vicios, el instinto ciego y el egoísmo (madre de todos los separatismos), acercándolo a una sociedad más digna y humana.

El sabio Platón nos hablaba de la importancia de educar a los jóvenes mediante la gimnasia para el cuerpo y la música para el alma para evitar así en el futuro una sociedad con serios problemas de vicios, excesos y enfermedades.

Hoy en día, tanto en los países de primer mundo como en los denominados “países en vías de desarrollo”, todos ellos se encuentran afectados y en ascenso por diferentes flagelos entre los que, a modo de ejemplo podemos nombrar:

  • La obesidad. Afecta a 300 millones de personas y es la mayor causa de muerte previsible en el mundo.
  • Las drogas. Aproximadamente unos 161 millones de personas consumen cannabis; 26.1 millones anfetaminas; 7.9 millones éxtasis; 13.7 millones cocaína; 10.6 millones heroína y 5.3 millones otras drogas derivadas del opio. El tráfico ilegal de estupefacientes tiene un valor estimado de 400 mil millones de dólares, casi un monto similar al que genera el negocio del turismo internacional.
  • Aberraciones sexuales. Las pedofilia, zoofilia y necrofilia se potencian anualmente por la venta y difusión, principalmente en internet. Estadísticas de organismos internacionales indican que la prostitución infantil esclaviza a unos 100 millones de menores en todo el mundo y que cada año ingresa en el circuito 1 millón de niños. Un incremento que responde a las exigencias del mercado internacional.

Todos estos flagelos nos muestran la carencia de templanza en nuestras sociedades modernas, el exceso desenfrenado y la necesidad de satisfacer instintos a cualquier precio, haciendo imposible que la dignidad humana sea alcanzada por los individuos.

Actualmente los especialistas han advertido que el estilo de vida de nuestro sistema globalizado en el que imperan el estrés, las dificultades económicas, el desempleo, la violencia y la apología del ocio, sumado a la falta de valores que fomenten la fortaleza de carácter ante la adversidad, dan como resultado otro de los problemas más acuciantes del siglo XXI: la depresión.

Es alarmante el aumento de la depresión en la población mundial; aproximadamente 350 millones de personas son afectadas, reflejando drásticamente la carencia de fortaleza de los individuos cuando se enfrentan a los problemas y desafíos que la vida les presenta.

El sabio Confucio nos dice que cuando el individuo se halla agitado por la cólera, cohibido por el temor o embriagado por el placer no puede mantenerse fuerte ni estable en la vida.

Es claro que el desarrollo de la fortaleza interior en el individuo es un pilar básico para alcanzar una sociedad más humanitaria y más digna.

Pero nuestro mundo también es afectado duramente por la falta de justicia, hoy en día las leyes se entienden poco y solo aquel que puede acceder a tener buenos abogados se siente medianamente seguro de no infringir alguna ley, de ser respetado y de no ser estafado por terceros.

Si bien el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, es tan complejo el mundo legal en nuestros días, que es casi imposible que un individuo normal lo conozca medianamente. Si además sumamos los altos niveles de corrupción de la justicia a nivel mundial el panorama no deja de ser oscuro, la encuesta de Transparencia Internacional revela que de 180 países analizados, solo 32 tienen un índice mundial aceptable de corrupción, Huguette Labelle presidenta de TI afirma que “La corrupción judicial implica que la voz del inocente no es escuchada, mientras que los culpables son libres de actuar con impunidad.”[4]

Está evidente que a nivel mundial aún falta mucho por hacer en favor de la justicia.

Viendo todos los problemas sociales que nos afectan, algunos descritos y otros no, como la ecología, las hambrunas, las epidemias, etc. nos muestran que la Prudencia está muy lejos de nosotros y más aún de los políticos de nuestro mundo. Los problemas actuales no se solucionarán a menos que encontremos soluciones reales y profundas en base a una Moral Trascendente.

Mauricio Puente

Bibliografía

  • Estadísticas ONU 2004
  • Informe Global de la Corrupción 2007: Corrupción en Sistemas Judiciales publicado por Transparency International, la coalición global contra la corrupción.
  • BBC Mundo, Cultura y Sociedad

[1] Las enseñanzas del célebre filósofo chino Confucio del siglo VI a.C. fueron borradas y olvidadas de la educación china después de la revolución comunista.

[2] BBC Mundo, Cultura y Sociedad, “El retorno de Confucio”, 14 enero 2008

[3] BBC Mundo, Cultura y Sociedad, “El retorno de Confucio”, 14 enero 2008

[4] Informe Global de la Corrupción 2007: Corrupción en Sistemas Judiciales publicado por Transparency International, la coalición global contra la corrupción.

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