Monsters Inc. es una película animada de Pixar estrenada en 2001 que, en su trama, nos recuerda una enseñanza atemporal sobre la felicidad y la valentía.
La historia se sitúa en Monstruópolis, una pequeña ciudad de un mundo poblado por monstruos, donde la principal fuente de energía proviene de los gritos de los niños. Estos gritos son recolectados por un equipo de monstruos especializados, empleados por la fábrica Monsters Inc.. Ambos mundos, el de los humanos y el de los monstruos, aunque paralelos, están conectados por portales especiales que desembocan en los armarios de los dormitorios infantiles. Durante las noches, estos expertos asustadores entran en las habitaciones para recolectar la energía proveniente de los sustos, cumpliendo así su labor.

No obstante, para los monstruos se trata de un trabajo de riesgo, ya que piensan que tocar a los seres humanos tendría efectos tóxicos en ellos. Durante el último tiempo, la producción de energía no para de decrecer debido a que los niños son cada vez más difíciles de asustar. Esta cuestión es atendida por el director ejecutivo de la empresa y está dispuesto a solucionarla con la ayuda del dúo formado por Sullivan y Mike Wazowski, sus dos mejores empleados.
Sin embargo, la trama toma un giro inesperado cuando Sullivan, un monstruo cornudo de 2 metros, deja entrar accidentalmente al mundo de los monstruos a una niña humana llamada Boo, lo que puede representar un peligro de seguridad para Monstruópolis. Es por ello que Sullivan, junto a su amigo Mike, deciden buscar la manera de regresar a la niña a su hogar mientras intentan que pase desapercibida.


Luego de numerosas aventuras, Mike y Sullivan logran encontrar la puerta que los dirige al dormitorio de Boo y están prestos a devolverla a su mundo, cuando son descubiertos por el director de la empresa, que busca secuestrarla. Con destreza y valentía, los tres compañeros logran superar los desafíos presentados, devolviendo a la pequeña a su habitación.

Durante este tiempo compartido con la niña humana, los amigos monstruos descubren dos grandes enseñanzas. Por un lado, se dan cuenta de que la humana no es tóxica, como les habían hecho creer. Pero, además, se sorprenden al descubrir que la risa de Boo genera ¡diez veces más energía que su llanto!
Este descubrimiento lleva a los protagonistas a resolver la crisis energética de su ciudad. En lugar de seguir recolectando sustos, ahora comienzan a especializarse en hacer reír a los pequeños humanos. Así, una nueva época de armonía y risas despierta para la relación entre los monstruos y las personas.
Sullivan, el protagonista de la película, pasa de ser un asustador profesional a un defensor de la risa y la felicidad. Esta transformación lo lleva a comprender una de las enseñanzas fundamentales de la filosofía de todos los tiempos: la risa, la alegría y la felicidad son una forma de “energía” muchísimo más potentes que el miedo.

Esto nos lleva a pensar filosóficamente que, si bien el miedo puede ser una motivación para realizar muchas de nuestras tareas en la vida, como trabajar en exceso por temor a no poder adquirir todos los productos no tan «necesarios» que el mercado promueve, o evitar perseguir nuestros sueños por miedo al fracaso o al rechazo, la felicidad es más sostenible y poderosa a largo plazo.
Esto era sabido en la antigüedad, por ejemplo, entre los sacerdotes sonrientes de la cultura Totonaca, ya que entendían que la risa espanta los males. También persiste la idea de que, a los filósofos y grandes sabios, se los puede reconocer por su buen humor, como nos muestran anécdotas de Sócrates o Buda.

Aunque Monsters Inc. es una película de fantasía, la historia nos recuerda la importancia de cultivar la felicidad en nuestras vidas. Como decía Marco Aurelio: “La alegría se encuentra en el fondo de todas las cosas, pero a cada uno le corresponde extraerla”. La alegría es una forma de andar livianos, ligeros y ágiles por la vida, sin cargas innecesarias en nuestra conciencia. Al igual que en el mundo de Monsters Inc., donde la risa de los niños alimenta a toda una ciudad de monstruos, nuestra propia felicidad puede tener un impacto significativo en nuestro entorno y en las personas que nos rodean.
¿Dónde encontrar la felicidad? Eso fue y sigue siendo motivo de búsqueda de los filósofos. Algunos dirán que está en alejarse del mundo de las pasiones y los apegos; otros sostienen que se encuentra desarrollar nuestras capacidades latentes y en ser fieles a nosotros mismos, aunque para eso, hay que conocer nuestros principios. Platón sostiene que encontramos la felicidad individual cuando nos focalizamos en buscar la felicidad de nuestros semejantes… Tal vez, todos nos hablen de la misma cuestión, desde perspectivas que difieren levemente. Encontrarla dependerá de cada uno, aunque esto implique despertar cierta mentalidad heroica y aprender a cumplir los designios de nuestra propia Alma, más allá del temor y las dificultades.
Como enseñaba el profesor Livraga, fundador de Nueva Acrópolis: la valentía no significa no tener miedo, la valentía es no dejar que el miedo nos tenga a nosotros.