También conocido como Pachacútec Inca Yupanqui, (Cuzco, ca. 1400 – Cuzco, ca. 1471) fue el noveno gobernante del Estado inca y quien lo gobernó en su expansión. Su padre, Huiracocha Inca, lo designó como sucesor alrededor de 1438, tras dirigir victoriosamente la defensa militar del Cuzco ante la invasión del belicoso ejército chanca.
Pachacútec es el primer inca del cual se encuentran referencias históricas que corroboran su existencia, por lo cual es reconocido como el «primer inca histórico». Sin embargo, la relevancia de su figura y legado, así como el de su denominación, lleva a pensar a varios estudiosos que tiene una importancia mucho mayor que la de solo un personaje, llegando a representar el inicio de toda una época de transición y reestructuración para la sociedad inca, etapa de cambios que continuaría posterior a su muerte en 1471, por su hijo Túpac Yupanqui y su nieto Huayna Cápac.
La adopción del nombre «Pachacuti» habría ocurrido en el momento de ser coronado con la mascapaicha tras salir vencedor de la guerra con los chancas; dicen que significa “el que cambia el mundo”.
Nació en el Cuzco, en el palacio de Cusicancha o «Casa de regocijo», fronterizo al templo del Coricancha. Su ayo (maestro) Micuymana fue quien le enseñó historia, leyes y lengua, así como el manejo de los quipus.
Desde muy joven fue admirado por los nobles incas, pues tenía la valentía, inteligencia y madurez que tanto le hacía falta a su hermano Inca Urco (quien había sido nombrado sucesor de Huiracocha Inca); del mismo modo, mostraba aptitudes para el gobierno y las conquistas, que de igual modo carecía su hermano.
La guerra de los incas contra los chancas ha sido considerada como el episodio fundamental de la organización del Tahuantinsuyo (imperio incaico). Su recuerdo inspiró muchas formas de representación artística.
Una vez investido como Inca, Pachacútec determinó que fuera su padre Huiracocha el primero en rendirle homenaje. Para ello el viejo Inca debió beber una olla llena de chicha hasta dejarla vacía. Sin ninguna objeción, Huiracocha cumplió lo ordenado y, al terminar, se inclinó pidiendo perdón por haber abandonado el Cuzco en plena guerra. Pachacútec, respetando siempre el rango del anciano, y a la vez como hijo, lo ayudó a incorporarse inmediatamente.
Según la información recogida por varios cronistas, los historiadores aceptan comúnmente que el gobierno de Pachacútec se inició alrededor del año 1438 y terminó con su muerte alrededor del año 1471. Durante su gobierno, consolidó el Curacazgo Inca frente a amenazas de pueblos locales y lo transformó en el Tahuantinsuyo, iniciando una época imperial para los incas. Realizó varias expediciones conquistadoras y encargó otras a su hermano e hijo. Por todo esto, su gobierno es reconocido como uno de los más exitosos en la historia de la América precolombina.
A diferencia de las guerras realizadas en los reinados anteriores, estas campañas militares representaban un verdadero esfuerzo por consolidar una unidad territorial, un predominio de los cusqueños sobre sus comarcanos. Las numerosas guerras que sostendría en el futuro le permitirían adquirir una enorme extensión territorial.
El templo del Sol de Vilcashuamán, mandado a construir por Pachacútec. Actualmente bajo la iglesia erigida durante la conquista española.
Pachacútec fue, además del iniciador de la expansión inca, el gran reformador de la organización política del Cuzco incaico. Mientras su hijo Túpac Yupanqui se encargaba de las expediciones conquistadoras, Pachacútec se encargó y continuó con las remodelaciones de la capital del imperio: la ciudad del Cuzco.
Al haber aumentado la población de la capital, las demandas de viviendas, alimentos y necesidades primarias también aumentaron, por lo cual Pachacútec emprendió una serie de obras constructivas y agrícolas: la formación de nuevos barrios, su distribución en solares y el levantamiento de nuevas plazas y canchas; el Inca hizo despoblar varias áreas alrededor del Cuzco para que fueran utilizadas como sementeras, reubicando a sus ocupantes en zonas con clima similar.
Del mismo modo, se intensificó la producción agrícola gracias a la creación de canales en la ciudad del Cuzco, a la mejor distribución de aguas, a los nuevos sistemas de almacenamiento y construcción de andenes.
Puede considerarse su primera gran obra arquitectónica la reedificación del Templo del Sol o Inticancha. Pachacútec no tuvo ninguna duda de que el joven Túpac Yupanqui era el más capacitado de sus hijos para sucederlo en el poder.
Murió naturalmente en pleno apogeo del imperio, fue reconocido y valorado como el más grande Sapa Inca por sus contribuciones a la expansión y consolidación del naciente Imperio inca. Su momia fue colocada en el centro de Tococache (actual barrio de San Blas, en Cuzco) en un templo dedicado al trueno que él mismo mandó a edificar.
María de Jesús Cuadro