La diosa Sekmet era venerada y temida en Egipto por su papel en ajustar el karma y restaurar el orden cósmico. Los médicos la honraban por su capacidad tanto para causar como aliviar el dolor. Su presencia nos recuerda que el sufrimiento puede ser un vehículo de conciencia, guiándonos hacia lecciones necesarias para la evolución humana.



