Cada adiós, una bienvenida.
Junto con la nostalgia, la fresca incertidumbre del comienzo.
¿Dónde habito: en el sinfín devenir o en el eterno Ser? ¿Soy el errante de los caminos espirales o el inmóvil observador?
Enigma misterioso del Tiempo: ¿cuál es tu nombre? ¿Fuego perpetuo o leña consumida?
Maravilloso andar de mi existencia, la respuesta que buscás habita en tus pupilas. ¿Podrás imaginar fuego perpetuo ardiente sin leñas efímeras consumiéndose?
Toma el labrys y da sentido. Los troncos gruesos te esperan. Puesto más digno que honrar el fuego, no encontrarán.
Hijo de Aquellos, ¡libéralos! Civilizador heredero, recordarás: fuego y leña, eterno y efímero, todo es UNO.
Los guardianes lo saben ya. Cada adiós, una bienvenida.