ALAS HUMANAS
Doble es la naturaleza
que encarnamos los humanos.
Para el cuerpo, la materia
que perece con el tiempo.
Más allá de todo ello,
el espíritu trasciende
lo tremendo de los ciclos,
de la vida y de la muerte.
Sin embargo existe un lazo
que participa de ambos:
es tu alma luminosa,
elemento intermediario
de que se sirve tu Ser,
para alumbrarte despacio
y traerte la conciencia.
«¿Esto es ciencia?» –me pregunto.
Eso es lo que enseñaron
sobre lo interno y profundo
quienes llevan de la mano
los caminos de este mundo.
Es el alma la que une
más allá de cielo y tierra,
cuando sus alas despliegan,
radiantes, hacia la altura.
¿No recuerdas la Victoria,
que, aun en piedra, no lo oculta?
Cuando vayas al Museo, (*)
quédate quieto un momento
hasta escuchar de su boca
–invisible, a todas luces–
cuanto tiene que decirte.
¡Sus alas te lo permiten!
Erguida sobre la barca,
podrás verla cómo avanza
sin temores, con sosiego,
sabiendo que se dirige
hacia el triunfo anhelado.
Ella sabe que es posible
elevarnos a la esencia.
Por extraño que parezca
y aunque entonces no lo creas…
¡es antigua la enseñanza
que nos transmite la piedra!
Teresa Cubas Lara
teresacubaslara@gmail.com
(*) La Victoria de Samotracia. Museo del Louvre (París)