Deidades egipcias: Anubis, el que guía

Esta era una de las principales y más antiguas deidades egipcias. Se lo llamaba Sed, Upuaut, Inpu o Anpu en egipcio antiguo aunque, el nombre más conocido actualmente, Anubis, no es propiamente egipcio, sino que proviene del griego antiguo. Su culto se mantuvo a lo largo de toda la historia de Egipto desde la época predinástica hasta el período Ptolemaico y romano.

En época predinástica se lo conocía como Khentiamentiu, el que abre los caminos”, el que va delante quitando los obstáculos y preparando el sendero desconocido para que los demás puedan pasar. En situaciones difíciles y de cambios es quien precedía al resto como forma de proteger a los demás.

En la mitología egipcia se lo muestra como hijo  de Neftis y Osiris, o como hijo de Ra con Neftis. En ocasiones se lo muestra como hermano de Osiris. Su forma femenina sería Anupet o Anput, su esposa. La hija de Anubis y Anupet sería Qebehut (agua fresca), quien era la diosa funeraria de la purificación por medio del agua.

Se lo representaba como un chacal o como hombre con cabeza de chacal, con sus orejas siempre paradas como muestra de la atención permanente. También sobre un estandarte como aparece, por ejemplo, en la paleta de Narmer de la primera Dinastía. También se lo representaba echado sobre un arcón, vigilando el papiro del Libro de los Muertos en él guardado.

Como deidad psicopómpica, regía las almas de los difuntos que desencarnaban y las de los Iniciados que habían superado la etapa humana. Guiaba a las almas de los difuntos en su viaje al más allá, en la vida después de la muerte, pues como chacal poseía la capacidad de guiar a través del desierto (la muerte) por tierras desconocidas, en la oscuridad. Era el que habría caminos en medio de lo desconocido y guiaba al alma en su camino hacia la Luz.

Debido a ello, se lo llamaba “el Señor de la Montaña Occidental” (de los muertos), allí donde se ponía el Sol (y moría el día). Su reino era la Noche tanto física, como psicológica, ya sea para el hombre como para el mundo, ya sea del sueño nocturno de unas horas de descanso, como la muerte (el descanso entre una vida y otra), o los descansos entre los grandes ciclos cósmicos. Se lo asociaba con  el signo del escorpión, el planeta Venus y la estrella Sirio.

Sus atributos asociados suelen ser el Was, báculo con cabeza de chacal y orejas paradas y dos pequeños pies en el extremo inferior, símbolo de mando y capacidad de poder caminar en la oscuridad. También se lo representa habitualmente con una cruz Ankh en la mano, la cruz de la vida eterna.

A Anubis, entre otras cosas, se le atribuye la primera momificación, escena contenida dentro del Mito de Osiris. Además, es el que pesaba el corazón del difunto (papiro de Ani) en el juicio ante Osiris, es también quien colaboró en la resurrección de Osiris junto con Thot, Neftis e Isis.

Ramiro Betancur

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