A lo largo de nuestra vida, encontraremos pequeños “chispazos” de luz que responden a esos misterios a los que buscamos respuesta. Al ser cada uno de nosotros maravillosamente distintos, particulares y únicos, la forma de llegar a esos pequeños momentos de entendimiento es naturalmente distinta. Algunos lo hacen observando un bello amanecer, otros leyendo diálogos de Platón, otros apreciando alguna leyenda oriental, o con las enseñanzas del Bhagavad Gita, con mitos tan antiguos como el del Gran Héroe Mesopotámico Gilgamesh o con la simple contemplación de una flor.

El camino no es fácil, vivimos en el mundo de las sombras, donde “nuestras sombras son más altas que nuestra alma”, en un mundo donde lo material, reflejo de nuestro espíritu, es más importante que la esencia misma. Vivimos en el mundo ilusorio de la Caverna de Platón, creyendo que la verdad son las sombras manipuladas.

Pero nuestro espíritu intuye su destino, quiere volver a donde pertenece, y “cuando mira al oeste busca seguir su camino”. Esto genera en nosotros dudas, alborotos, preguntas existenciales, ¿Quiénes somos? ¿Para qué estamos aquí? ¿Cuál es nuestro rol en esta vida? Y como dice la canción nuestra cabeza comienza a tararear. Todo esto “hace que me pregunte… realmente hace que me pregunte”.
Y comienza en nosotros un camino de búsqueda, de búsqueda de pequeñas verdades. Búsqueda que solo encuentra respuestas en nuestro interior cuando entramos en contacto con nuestro espíritu.

Pero en estos momentos de oscuridad, de materialismo y caos, cuando “nuestra sombra es más alta que nuestra alma”, no estamos solos, ahí aparece la Filosofía para guiarnos. Como la misma palabra lo dice, aparece el amor a la sabiduría. El filósofo es un buscador de la sabiduría, de la verdad, es consciente de que no la posee y la busca por amor a ella.
La filosofía es “el flautista que te llama para que te unas a él”, es el mensaje de los grandes filósofos y maestros de las distintas culturas que se hicieron las mismas preguntas que nos inquietan actualmente, es el sonido que nos llama como un clarín a unirnos a la búsqueda interna.
“Y se murmura que pronto, si todos respondemos el tono, el flautista nos conducirá a la razón. Y amanecerá un nuevo día para los que resistan. Y en los bosques resonarán las risas.” Y tomaremos conciencia de que en este arduo pero a la vez hermoso camino, “por ahí anda una dama a la que todos conocemos que irradia luz blanca y quiere enseñar como todo aún se convierte en oro”. La luz de la sabiduría, la sabiduría que se encuentra en nuestro espíritu.

«Y si escuchas atentamente, la verdad te llegará al final. Cuando todo sea uno y uno sea todo”.
Plant decía que era una canción de esperanza y realmente creo que lo es, ya que “Si hay dos caminos por los que podemos ir, todavía hay tiempo para cambiar el camino por el que vamos”. Y todavía podemos elegir el camino del Bien y la Verdad, así que siempre hay esperanza.
Link de la Canción: https://youtu.be/2Bd4YCbs3oY
ESCALERA AL CIELO
Hay una dama que está segura
de que todo lo que reluce es oro
y está comprando una escalera al cielo.
Cuando llegue allí ella sabe,
si las tiendas están cerradas,
que con una palabra puede conseguir a lo que venía.
Yestá comprando una escalera al cielo.
Hay un letrero en la pared,
pero quiere estar segura,
porque tú sabes que a veces
las palabras tienen un doble significado.
En un árbol junto al arroyo
hay un pájaro que canta.
A veces nuestros pensamientos son dudosos.
Y hace que me pregunte.
Siento una cierta sensación
cuando miro hacia el oeste
y mi espíritu grita por irse.
En mis pensamientos he visto
anillos de humo entre los árboles
y las voces de los que se quedan mirando.
Me hace pensar.
Y hace que me pregunte.
Y se murmura que pronto,
si todos respondemos el tono,
el flautista nos conducirá a la razón.
Y amanecerá un nuevo día
para los que resistan.
Y en los bosques resonarán las risas.
Si hay alboroto en tu cercado
no te inquietes,
sólo es la limpieza de primavera para la reina de mayo.
Sí, hay dos caminos por los que poder ir,
pero a la larga
todavía hay tiempo para cambiar el camino por el que vas.
Y eso me hace pensar.
Tu cabeza está tarareando y no irá.
En caso de que tú no sepas,
el flautista te llama para que te unas a él.
Querida dama, ¿oyes soplar al viento?
¿Y sabías
que tu escalera está en el susurrante viento?
Y mientras serpenteamos por el camino,
nuestra sombra es más alta que nuestra alma,
por ahí anda una dama a la que todos conocemos
que irradia luz blanca y quiere enseñar
cómo todo aún se convierte en oro.
Y si escuchas atentamente,
la verdad te llegará al final.
Cuando todo sea uno y uno sea todo.
Ser una roca y no rodar.
Y va a comprar una escalera al cielo.