Todas las personas en algún momento hemos anhelado la perfección en los diferentes ámbitos de la vida: el trabajo perfecto, la relación perfecta, los padres perfectos, los hijos perfectos, los cuerpos perfectos, etc. Tanto es así que hemos preferido no emprender algo nuevo porque no estamos perfectamente preparados.
Si reflexionaríamos acerca de la palabra perfecto (del latín per – por completo y factum – hecho), veríamos que significa algo acabado, completo, completamente hecho. Es por eso que gramáticamente la usamos para definir una acción acabada del pasado. Las gramáticas del castellano nos enseñan: “he comido” es una forma del verbo comer en perfecto, indica una acción acabada en el pasado. De modo que, lejos de ser una condición del comienzo o del proceso de una empresa, es su fin ya que una vez perfecta, la empresa está acabada y pertenece al pasado.
Pitágoras, el filósofo griego del siglo VI a.C. afirmó que no hay nada perfecto en nuestro mundo manifestado. Indudablemente si fuera así, el mundo sería acabado. Por otro lado, Platón enseña en su diálogo Timeo que algo perfecto es acabado y completo porque es autosuficiente, es decir, no le hace falta nada más. No necesita nada exterior porque ha logrado un nivel de unicidad que contiene todo. Por esta razón es completo y no busca afuera de sí nada más. Es aquí donde encontramos la base filosófica del estoicismo, como asimismo de Sócrates, ya que afirman que el filósofo es conocedor y amigo de sí mismo de tal modo que es su único objeto de conocimiento y su único amigo. Por eso la eudaimonia, llevarse bien con su daimon, es el estado máximo de la felicidad y completitud.
No debemos apresurarnos y pensar que nos estamos refiriendo a una especie de extremo egoísmo, sino de una profunda conciencia de uno mismo que hace que la persona se encuentre completa (contenta) con sí misma.
¿Será que al fin y al cabo la perfección está más cerca cada vez que nos acercamos a nosotros mismos, cuando logramos mayor unión con nosotros mismos y, simplemente, nos sentimos contentos (llenos) en nuestra sana soledad?
Equipo de RevistAcrópolis