Imagina un viejo bosque
y unos seres, ateridos,
que dan vueltas al ocaso.
Han olvidado el camino
y se mueven sin parar.
La mitad se desespera
y se rinden al azar.
Unos pocos continúan
en la búsqueda incesante
de quien pudiera ayudarles.
[Aún recuerda la memoria…]
Solo entonces aparece
alguien que porta una antorcha
que, sin más, se les ofrece.
«El fuego aleja a las fieras.
Prended pronto la madera,
y al abrigo de una cueva
lograremos calentarnos».
¿Imaginas el momento?
Es así como se forjan
en el bosque, los hermanos.
¡Quede atrás el descontento,
y marchemos de la mano!
Teresa Cubas Lara
teresacubaslara@gmail.com