Este miércoles 22 de septiembre del 2021, ocurrirá el Equinoccio de primavera.

Siempre estas fechas -de equinoccios y solsticios- nos invitan a reflexionar. Son una buena oportunidad para observarnos, observar nuestro entorno y lograr comprender lo que sucede y nos sucede.

En los equinoccios se produce una perfecta armonía entre la luz y la oscuridad, de ahí su origen etimológico, término que proviene del latín aequinoctium (aequus nocte) que significa noche igual. El equinoccio de primavera es el tiempo en que la naturaleza se despierta de su letargo invernal. Entra en un ritmo muy especial, todo comienza a florecer, renacer, renovarse, crecer. Es una estación del año muy bella a nuestros ojos pero deberíamos buscar esa belleza arquetípica, esencial; ver con los ojos del alma para poder comprender esa sabiduría natural. Entender su abundancia, luz, vida y renovación.

Por ejemplo, en el fragmento de la pintura del gran artista Botticelli, “La Primavera”, somos testigos del momento en que Céfiro, dios del viento cálido primaveral, se enamora de Cloris (una ninfa) y la convierte en la Primavera. Simbólicamente, se puede pensar -ya que es ella misma pero florecida- que podríamos ser nosotros mismos, renovándonos. Puesto que llevamos dentro las semillas que nos pueden guiar a perfeccionarnos como seres humanos. Solamente debemos dejar que ese viento primaveral nos transforme y permitir que la luz del sol, como destellos de sabiduría, deje florecer lo mejor que hay en nosotros.

Desde Nueva Acrópolis les deseamos que este nuevo ciclo que comienza los inspire a una nueva renovación integral.

¡Feliz equinoccio de primavera!