Göbekli Tepe: la Colina del Ombligo

Göbekli Tepe fue descubierto por el arqueólogo alemán Klaus Schmidt quien concluyó que el sitio había sido destinado a fines religiosos.

Este complejo consta de veinte templos que fueron construidos sobre una base circular. Las estructuras consisten en obeliscos gemelos en forma de T en el centro de cada espacio, con piedras y muros circundantes. Cada obelisco pesa al menos 40 o 50 toneladas y tienen una longitud de 4 a 6 metros, dato relevante, ya que fueron tallados en piedras calizas, traídas a este sitio probablemente desde una distancia de dos kilómetros aproximadamente (Magli, 2016).

La estructura está dividida por estratos en profundidad, para ser mejor estudiada. El estrato 3 corresponde a la parte más antigua, que estaría datado en el periodo neolítico pre-cerámico A, periodo de la prehistoria que se desarrolló en entre el 9500-9000 a.C. al 8300 a.C.

El estrato 2, corresponde al neolítico pre-cerámico B, que se ubicaría entre el 7500 y el 6000 a.C. En este periodo se construyeron habitaciones rectangulares, además de un nivel más, que revela a través del estudio del suelo depósitos de actividad agrícola. El piso, por otro lado, es a prueba de líquidos y equipado con canales de agua, lo que muestra el avance tecnológico que desarrollaron, anticipándose a la revolución neolítica, donde aparece el uso de cerámica y las sociedades sedentarias.

No existe un concepto definitivo sobre cómo definir la relación de los pueblos prehistóricos con lo sagrado. En general, conceptos como vida espiritual, rituales o la idea de lo sagrado se asocian con el culto y la conexión con la naturaleza, sin embargo, los vestigios encontrados en los monolitos en forma de T, representan figuras estilizadas de seres humanos, con detalles en los relieves con forma de brazos y dedos. Estas estructuras no tienen cabeza, lo que hace concluir a través de las muchas investigaciones, que se trata de un culto a los antepasados ya que en yacimientos como Çatalhöyük y Jericó, se exponía a los difuntos a los difuntos al aire libre para ser devorado por los buitres representando una forma de entierro a cielo abierto; aquí la cabeza también en algunas ocasiones era separada del cuerpo y preservada, como signo de culto. Los pictogramas encontrados representan una serie de animales que podrían simbolizar la protección sagrada (Özalp, 2019). Nos encontramos ante un templo que unía a diversos grupos humanos anteriores al neolítico cuando aún el ser humano era nómada o seminómada.

Otro elemento que se observa en los relieves y estatuillas de Göbekli Tepe son las figuras de penes en erección (Schmidt, 2011). Esto se puede interpretar como un culto a las fuerzas generativas. Se ha descubierto además un relieve que representa a una mujer desnuda, en postura frontal y agachada, que Schmidt relaciona con las figurillas pertenecientes al Neolítico del norte de África y conocidas como Venus accueillante.

La ubicación de Göbekli Tepe nos lleva a levantar la mirada hacia el monte más alto de una cadena montañosa en la antigua ciudad de Urfa en Turquía. Pareciera que los habitantes de este sitio quisieron construir hace 11000 años (o 13000 años según nuevas conclusiones), una ciudad alta que les permitiera conectarse con lo sagrado. A través de una forma primitiva de culto a los dioses, los mismos que tiempo después, bajo otras formas, inspiraron a las culturas posteriores.

Es importante el cambio de paradigma histórico que se refleja en estas estructuras. Se ha planteado que la construcción de templos era propio de los pueblos avanzados socialmente como las del neolítico, sin embargo, Göbleki Tepe plantea la posibilidad de que la idea de una vida espiritual y religiosa, con templos incluidos, fue anterior al neolítico y que pudo ser el motor del avance civilizatorio. Todo ello derriba las ideas materialistas de que el ser humano se convirtió en un ser social sólo por los beneficios de la actividad agrícola y que la religión fue un elemento impuesto para mantener el orden de la comunidad.

La inspiración espiritual es la misma que ha viajado desde el fondo profundo de la historia hasta nuestros días, y como antes, también ahora puede ser la que produzca el impulso hacia un nuevo avance cultural, y un motor de cambio que abra las puertas de nuestro futuro como sociedad. 

Jordania Santos

Bibliografía

Curry, A. (2008). Gobekli Tepe: ¿El primer templo del mundo? ASK Smithsonian.

Magli, G. (2016). Sirius y el proyecto de los recintos megaliticos de Gobekli Tepe. Nexus Network Journal, 18 (2), 337 – 346.

Özalp, H. (2019). ¿QUÉ NOS DICE GÖBEKLİ TEPE, EL TEMPLO MÁS ANTIGUO DEL MUNDO, EN TÉRMINOS DE RELIGIÓN Y TEOLOGÍA?

Schmidt, C. (2011). Templo más antiguo del mundo. National Geographics.

Schmidt, K. (2000). Zuerst kam der Tempel, dann die Stadt.

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