Si bien, antes de Ur, existieron otras ciudades y, antes de la escritura cuneiforme, hubo otras formas de escritura, antes de Enheduanna, no existió ningún autor conocido por nuestros historiadores actuales. Se conocen hermosas obras de arte de la pintura, la escultura o la arquitectura pero, no se conoce quiénes fueron sus autores.
El primer autor conocido según la historia considerada hoy, del que se conservan datos biográficos y que firma sus obras, era poeta, y era una mujer. Ella es la autora literaria más antigua de la que se tiene constancia histórica y, este hecho hace, que la sociedad de su época cambie en el sentido de que, el arte sea considerado arte y, que nace de personas individuales y no de un colectivo para el disfrute religioso.
Enheduanna era hija de Sargón el Grande (ca 2300 a.C-2215 a.C), que reinó desde el año 2271 a.C hasta su muerte en 2215 a.C. Existen distintas versiones del origen de Sargón. Se dice que era hijo de un jardinero, Akki, que le enseñó su oficio. Sin embargo, la leyenda dice que era hijo de una sacerdotisa, que escondió su nacimiento y, lo colocó en una cesta, arrojándolo al río Éufrates. Un aguador lo recogió y lo hizo su jardinero. Entró al servicio del rey de Kish como jardinero y llegó a ser copero del rey. El copero del rey era un oficial o encargado de alto rango, en las cortes reales, que se encargaba de servir las bebidas. Así, debía ser de gran confianza, llegando, en algunos casos, a tener que probar el vino antes de servirlo.

En un momento, Sargón tuvo un sueño en el que mataba al rey y, al comentárselo, el rey decidió asesinarlo. Lo envió con un mensaje al rey de Umm pidiéndole que lo mate, pero, Sargón se asoció con el rey y, finalmente, vencieron al rey de Kish y Sargón se quedó con el poder. Así, fue venciendo a otras ciudades-estados y extendiendo su territorio. Finalmente, venció en la batalla de Uruk, y pasó a dominar toda la Mesopotamia. Creó una nueva capital, Agadé o Akkad, formando un nuevo imperio que abarcaba desde el Mar Mediterráneo hasta el Mar Rojo y, dio lugar a una nueva dinastía que gobernó el Imperio durante casi 150 años.
Sargón se casó con Tashlultum, con la que tuvo varios hijos; entre ellos Enheduanna, a la que elevó a Gran Sacerdotisa del Dios-Luna Nanna (también conocido como Sin) del templo de Ur, la ciudad dedicada al dios lunar Nanna.
Ésta fue una decisión estratégica, ya que la ciudad de Ur era una de las más antiguas e importantes del sur de Sumeria, que recién había conquistado. Allí, no sólo cumplía funciones relacionadas con el culto, sino, también, políticas y administrativas. Su habilidad en el desempeño de las tareas hizo que su puesto se institucionalizara y perdurara después de su muerte.
Hay que tener en cuenta que, si bien Sargón había conquistado todas las ciudades-estado, unificándolas, había gran disparidad cultural y étnica entre ellas. La tarea fundamental asignada a la princesa era lograr su integración a través de la religión y, así, su padre la hizo responsable de juntar los dioses sumerios con los acadios para crear la estabilidad que necesitaba el imperio para perdurar.
Originalmente, había tenido un nombre de pila semítico, pero, al mudarse a Ur, el corazón de la cultura sumeria, habría adoptado un título sumerio oficial: Enheduanna: ‘En’ (suma sacerdotisa), ‘hedu’ (ornamento) y ‘ana’ (del cielo)». Así, la traducción sería «Suma sacerdotisa de An» (el dios del cielo).

Esa falta de integración generaba disturbios, periódicamente, en diferentes lugares y, en uno de ellos, Enheduanna se vio envuelta en una rebelión y fue obligada a exiliarse. Así, sintió que el dios Nanna la había dejado sin su protección y se encomendó a la diosa Inanna, bajo cuya protección siempre había estado su familia. A ella dirigió todas sus súplicas y, finalmente, fue restituida en sus funciones y pudo retomar su posición. Su existencia histórica está demostrada por un disco de alabastro, hallado en la zona más secreta del templo de Nanna en Ur, y por otras piezas de joyería. Este disco de alabastro fue encontrado durante las excavaciones llevadas a cabo por Sir Charles Leonard Wolley en 1927.
Tiene 25 centímetros de diámetro y presenta una figura de mujer en el segundo lugar de una fila de cuatro. Su figura se jerarquiza, por la relación de tamaño con las otras. Está precedida por un sacerdote desnudo y seguida por dos asistentes masculinos. Ella lleva un vestido de volantes y un turbante enrollado. En el reverso del disco, en escritura cuneiforme, se lee «La exaltación de Edhuana a Inanna”.
Además de la belleza y calidad de sus obras, éstas tuvieron una notable importancia en la teología mesopotámica. Enheduanna combinó las creencias sumerias y las acadias y acercó los dioses al pueblo y a la tierra, logrando, así, un entendimiento más profundo entre ambas culturas. Convirtió al dios lunar Nanna en un personaje más profundo y compasivo y, a la diosa Inanna, su hija, la elevó a Reina de los Cielos. Estas dos deidades pasaron a ser dioses para todo el mundo y no sólo para los sumerios o acadios.
Sus obras fueron modelos de plegarias durante siglos. Y podrían haber influenciado e inspirado las oraciones y los salmos de la biblia hebrea, y los himnos homéricos de Grecia, según creen algunos investigadores. Sus ecos se pueden oír en los himnos de la iglesia cristiana primitiva.
La mayoría de sus obras están dedicadas a su musa inspiradora, Inanna, diosa del Amor y la Guerra, luego identificada como la diosa sumeria-acadia Ishtar, la hitita Sauska, la griega Afrodita, la hebrea Aserat y la fenicia Astarté. Los himnos más conocidos son “La Exhaltación de Inanna” (Ninmesarra), “La señora del gran corazón” y “Diosa de los poderes aterradores”.
También escribió cantidad de poemas donde reflexionaba sobre sus esperanzas y frustraciones personales, su devoción y sus sentimientos sobre el mundo en el que vivía.

Su forma de escribir era personal y directa. Se dice que, la sensualidad que trasmite en algunas de sus obras, parece encontrarse en El Cantar de los Cantares.
La poesía de Enheduanna contiene elementos autobiográficos, como descripciones de su lucha contra el usurpador de su cargo. En «La exaltación de Inanna«, Enheduanna describe los intentos de Lugalanne para sacarla de su función dentro del templo. Las obras de Enheduanna tienen la particularidad de que, alternativamente, están redactadas en tercera o en primera persona. Ella suele identificarse en sus poesías y, aún, reclamar su autoría. También refiere a las dificultades del proceso creativo y la cantidad de horas de trabajo en las noches.
La Exhaltación de Inanna (60.65) consta de 153 versos:
¡Gran reina de reinas, envío de un vientre sagrado para los poderes de justicia divina, mayor que su propia madre, sabia y sabia, señora de todas las tierras extranjeras, la fuerza vital llena de gente: voy a recitar tu canción sagrada! Diosa verdadera en forma de poderes divinos, tus expresiones son magníficas. ¡Desde lo profundo del corazón, buena mujer de corazón radiante, voy a enumerar tus poderes sagrados para vos!
Su trabajo de alabanza a las deidades celestiales ha sido reconocido en el campo de la astronomía moderna. Las descripciones de las medidas estelares y los movimientos se consideran, posiblemente, como las primeras observaciones científicas del cielo.
De hecho, en 2015 un cráter en Marte fue bautizado con su nombre:

En sus palabras, Enheduanna, celebra la dicha de escribir:
“Es una fiesta, como alumbrar, dar nacimiento, concebir el mundo.”
Beatriz Fernández
Bibliografía:
1 – https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10021/enheduanna/
2 – http://losmensajesdeclioyotrashistorias.blogspot.com/2015/04/enheduanna.html
3 – https://www.bbc.com/mundo/noticias-53287581
4 – http://enheduannaur.blogspot.com/ (Con videos)