Antiguamente los seres humanos, alrededor del planeta, se comunicaban de manera directa con la naturaleza. Podían conocer las consecuencias de sus actos al observar un rayo enviado por Zeus o confirmar un augurio, afortunado o no, en el vuelo de las aves. Decían que aunque se olvidaran las palabras y desaparecieran todos los registros escritos, …
