🌞El solsticio de verano junto al de invierno y los dos equinoccios de otoño y primavera son cuatro momentos muy importantes para la naturaleza y los seres vivos. Marcan el ritmo y el orden que necesita la vida para la evolución. Quienes perciben los ciclos tienen la oportunidad de trabajar en coherencia con la vida y aprovechar la fuerza de este momento.

⏳El solsticio de verano se caracteriza por ser el día más largo que tiene el año. Este ciclo se comprende cuando notamos que las 4 cuatro estaciones transcurren progresivamente y se vuelven a repetir con el mismo orden, como una rueda que gira.
Como consecuencia, si en el solsticio de verano se llega a la máxima duración del día, al siguiente va a empezar progresivamente a ganar la noche hasta el equinoccio de otoño, donde día y noche duran lo mismo. Al siguiente día la noche empieza progresivamente a durar más, hasta llegar a la noche más larga, máxima duración de oscuridad del año, simbolizada por el solsticio de invierno. A partir del día siguiente la oscuridad empieza a durar menos cada día hasta llegar al equinoccio de primavera, donde se igualan luz y oscuridad para, nuevamente, llegar al máximo de luz con el solsticio de verano, completando el patrón que volverá a repetirse.

🌀Reflexionando sobre los ciclos, la naturaleza enseña que existen máximos de luz y oscuridad, pero nunca son en su totalidad oscuridad y luz, sino que, cuando la está en su máxima oscuridad siempre hay un mínimo de luz y en el máximo de luz siempre hay un mínimo de oscuridad. Los humanos también tenemos ese ciclo incorporado: nacemos como la primavera, crecemos hasta el máximo de nuestra vitalidad como el verano y empezamos a envejecer como el otoño, hasta llegar a la vejez, la oscuridad del invierno. Pero el cierre de un ciclo contiene la semilla del nuevo comienzo, nueva primavera.

🌻La naturaleza tiene su propio ritmo, no siempre logramos percibirlo, por falta de atención o indiferencia. Nos es posible entenderlo cuando mantenemos un orden en concordancia con la naturaleza. Este solsticio de verano es una nueva oportunidad para recordar que somos parte de la naturaleza; para comprender, mejorarnos y mejorar nuestro ambiente.