En la cultura griega la palabra que equivale al concepto de destino es MOIRA, que literalmente significa parte dividido de un todo, como por ejemplo un lote de tierra. Mitológicamente, en la cosmovisión griega, el destino de cada uno es la parte que se nos otorga antes de nacer y depende de cada uno de nosotros qué hacer con esa parte.
De modo que el destino es algo determinado ya que es el «lote» que le toca a cada uno con sus límites definidos y a la vez con un marco para poder cultivar y construir o no.
Libre albedrío y destino se conjugan armónicamente en esta etimología dada por los antiguos griegos.

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