¿Quién fue Johfra?
Franciscus Johannes Gijsbertus van den Berg (1919-1998) es más conocido por su nombre artístico, JohFra Bosschart, resultante de la unión de las primeras letras de cada uno de sus nombres y el apellido de su madre.
Desde muy pequeño mostró gran talento para el dibujo y canalizó su atención hacia su imaginación y hacia la naturaleza: cada tarde dibujaba lo que le había llamado la atención durante el día.
A los 12 años abandonó la escuela primaria. A partir de entonces, continuó sus estudios con su tío abuelo, que era espiritista y, además de enseñarle lenguas modernas y matemáticas, lo puso en contacto con toda clase de temas ocultos, magia, alquimia y mística.

A la corta edad de 14 años fue admitido excepcionalmente en la Academia de Artes Visuales de La Haya. Allí conoció la obra de Leonardo Da Vinci a quién considerará su Maestro desde ese momento hasta el final de sus días.
En 1953 se une al Lectorium Rosicrucianum. Luego de varios años de estudios gnósticos, Johfra abandona el Lectorium pero no su búsqueda espiritual ni su contacto con la naturaleza.
En 1972 forma parte del grupo de Los siete Metarrealistas, impulsados por el crítico de arte Hein Steehouver. La idea era mostrar la coexistencia del mundo espiritual y material a través de la pintura, la especialidad de Johfra.
En 1973, el magnate de los carteles Engel Verkerke le encarga la serie de los doce signos del zodíaco, quizás su obra más conocida. Esta serie es la que analizaremos mes a mes, según el signo correspondiente.
Por encima de todo, Johfra se considera a sí mismo un místico natural: él venera a la Gran Madre, que es la Naturaleza y busca comprenderla a través del arte. En sus obras podemos encontrar ideas del neoplatonismo, pasajes bíblicos, cábala judía, astrología hermética, gnosticismo, magia y mitología. Acompáñanos a descubrir el simbolismo que encierra la serie de los doce signos del zodíaco.
El signo de Tauro
El Toro es un símbolo antiquísimo, su característica primordial es la fecundidad. En este caso, Johfra lo dibuja blanco y adornado con un collar de flores. Esta caracterización alude al mito griego de Europa, en el cual el toro representa a Zeus como dios dador de la fecundidad.

Dice el mito que Zeus se enamoró de Europa, hija del rey fenicio, al verla en la playa de Sidón jugando con sus amigas. Para acercarse a ella sin sorprenderla demasiado en su forma de dios, tomó la forma de un toro blanco como la nieve, que paseaba en medio de una manada de vacas. Zeus se apartó del grupo para acercarse a Europa y ella encontró tan hermoso a aquel toro blanco que lo coronó sus flores que acababa de recoger y se sentó sobre su lomo. Entonces Zeus movió sus patas de toro, primero despacio y luego cada vez más rápidamente y se introdujo en el mar y siguió nadando hasta llegar a la costa oriental de España donde Zeus adoptó la figura de un hermoso joven y, junto con Europa, concibió tres hijos. Se dice que, en honor a la joven, España y las tierras que se extendían más allá recibieron el nombre de Europa.
La diosa Venus es quien rige el signo de Tauro, por eso Johfra la dibuja sobre el toro, en lugar de Europa, como podemos deducir porque, encima de la cabeza de la joven, encontramos “la estrella de la mañana”. Como Venus gobierna en este signo, su contrario Marte aparece dormido.
Por encima de la cabeza de Venus vuela su hijo Eros (Cupido), representación del Amor, que lleva consigo dos palomas, animales consagrados a la diosa.
Al fondo Johfra pinta la segunda carta del tarot: la gran sacerdotisa. Representa el misterio que lleva en sí la naturaleza: el secreto de la vida y la muerte. Está sentada entre las dos columnas una blanca y una negra que representan lo que se sabe y lo que se ignora. Por ello su manto cubre parcialmente el rollo de la Ley indicando que, en la naturaleza está escondida la Ley del universo.
Tauro es un signo de tierra, preferentemente una tierra en la que reina la paz. También Venus busca la armonía en la Belleza. Para reflejar esto, Johfra recurre constantemente al número 7 o Nezach en la Cábala, el número de la perfección, y por consiguiente de la armonía. La corona que la joven luce en su cabeza tiene siete rosas, el signo de Tauro aparece dentro de un heptágono que está incluido en una flor de siete pétalos.
El marco que rodea este cuadro es una exuberante ornamentación de cobre, porque el cobre es el metal de Venus.
Eva Garda
Fuente: El simbolismo del Zoodíaco de Johfra, Hein Steehouwer, 1975
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